¿Qué tienen en común las presentaciones excelentes con las buenas obras de teatro?
La semana pasada fui a ver una obra de teatro maravillosa, “La Calma Mágica” de Alfredo Sanzol. Fue una experiencia emotiva y sensorial muy profunda. La historia que me contaban y cómo me la contaban esos actores me hizo vivir emociones auténticas. Reí, lloré, aluciné, me sorprendí.
Me pregunto qué hace que esa magia ocurra, qué hace que me conecte tanto a una historia.
Creo que una de las características compartidas del teatro con las buenas exposiciones es que la audiencia pueda empatizar con algo de lo que se cuenta.
Para mi un ejemplo claro es el humor. A través de la risa se crea un lazo muy potente con la historia porque me siento identificada o porque reconozco esa realidad. Se establece una conexión emocional que además implica a mi cuerpo de manera activa: la sonrisa, la carcajada, el movimiento del cuerpo… .
Si utilizo el humor de manera inteligente en una presentación haré que el público se enganche a mi y a mi historia de manera inmediata. El tipo de humor y la forma de contarlo tiene tantas variantes como personas y creo que la clave es que sea lo más auténtico posible.
Otra cualidad compartida es una apertura poderosa. En la obra “La Calma Mágica” el protagonista es entrevistado por su futura jefa que le ofrece con absoluta naturalidad probar unos hongos alucinógenos. Ese inicio impactante y desarrollado con mucho humor enganchan de manera positiva y crean expectación.
Por eso en una exposición al público el inicio es muy importante, crear impacto al principio es el primer paso para el éxito.
Quiero hablar además de un aspecto muy interesante de “La Calma Mágica” que conecta con otra característica y es como transita en tres planos: la realidad cotidiana, el sueño y la alucinación. Eso la hace muy rica en contrastes y matices, es como ver capas y capas de una misma historia.
Las presentaciones interesantes trabajan con varias capas también: las anécdotas personales, los datos tangibles, los beneficios, los ejemplos…Es como ir poniéndote diferentes gafas para ver la realidad.
Por último un aspecto fundamental que se comparte es algo que no vemos en el momento de vivir una obra de teatro pero que esta ahí, en la piel de los actores, en el director, en el escenógrafo, en el vestuarista etc… . Me refiero a la preparación.
El entrenamiento de los actores y de todo el equipo creando esa historia, matizándola, dotándola de vida son horas y horas de ensayos.
Las magníficas presentaciones también tienen horas de ensayo detrás.
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